sábado, 11 de julio de 2009

Los primeros pasos.




Espers, seres creados por los dioses por encima de los mortales. Hace miles de años nacieron los 13 Espers en nuestro mundo. Pero con el tiempo comenzaron una rebelión contra sus creadores que acabó en una gran guerra. El planeta estuvo al borde de la destrucción muchas veces, sometiéndose a las fuerzas de dioses y espers. Los dioses pretendían mantener su estatus soberano en el universo, mientras que los espers, encabezados por Artema, buscaban con su rebelión darle poder a los mortales y demás seres del mundo, muchas vidas se perdieron, miles de lugares se destrozaron, historias se forjaron y reventaron en mil pedazos, hasta que finalmente los espers fueron derrotados por los dioses y sellados en cada uno de los símbolos del zodiaco junto a la constelación Oficuro. Los años pasaron y la población humana evolucionó olvidando la historia de sus aliados, teniendo solo un legado de aquellos seres: el zodiaco.


Doce por haberse rebelado y uno por ser demasiado poderoso, esa fue la razón de la condena impuesta por los dioses.

"Se presentaron vana gloriándose, lanzando desafíos a los Dioses. Pero no prevalecieron. Su condena ahora es caminar en la Niebla hasta el fin de los tiempos.". Pero al igual que ni la eternidad dura para siempre, los designios de los dioses tampoco, y los sellos que pesan sobre cada uno de los espers están más débiles que nunca...

martes, 5 de mayo de 2009

Corazones que vienen y que van....

“Amplias son las tierras, grandes los países, altos los reyes, majestuosos los elfos, entrañables los enanos…pero ninguno de ellos es comparable al amor que siento por ti, a la velocidad que mi corazón late con el mero tacto de una mano tuya sobre mi piel, al deseo de tenerte entre mis brazos y poder decir todo lo que te quiero. Nunca me pregunté si te merezco, no me importa, solo sé que mi corazón es tuyo…”

Con estos pensamientos Eibon, un joven aventurero decidió confesarse a su amada, la hermosa May. Había pasado ya casi un año desde que la conoció en un pequeño pueblo costero del sur, a donde había llegado apenas por casualidad, por un mero giro favorable de su destino; cual hojas que se mecen por el viento primaveral. Pero ni el destino siempre es favorable, ni el amor siempre es correspondido; la joven May apenas unos días de la llegada de Eibon se había comprometido con un chico del pueblo.

-Eibon, despierta ya…-dijo el posadero una fresca mañana de primavera.- No sé que pintas aquí ya, llevas un año en este pueblo, y siendo aventurero, no encuentro razón para ello…

-Simplemente me gusta el lugar-comentó Eibon mirando soñoliento por la ventana.- por mi me quedaría a vivir aquí toda mi vida.

Tras unas risas en el desayuno Eibon salió de la posada con paso firme y se adentro en el bosque acompañado de su espada, dispuesto a buscar las flores más preciosas del lugar. Caminó y caminó durante horas, hasta encontrar un precioso estanque lleno de lirios morados y hermosas mariposas que revoloteaban a la luz del cálido sol. Eibon comenzó a coger un ramo de las flores cuando escuchó la voz sensual de una mujer.

-No es normal que alguien venga por aquí…y menos para recoger flores….
Eibon se levanto y al darse media vuelta e encontró con una bella mujer, de cabellos verdes, ojos azules y blanca piel; parecía sacada de un cuento de ninfas y dioses.

-Lo siento si e perturbado el lugar, ahora mismo me iré

-No es necesario aventurero, me agrada tener visitas, y no sabes cuánto…

La mujer se abalanzó en un abrazo sobre él, dispuesto a besarle
“Una ninfa, ¿eh?”-pensó Eibon.-“Da igual cuan hermosa seas, no me harás caer…”
EL aventurero se dio un giro y sin pensarlo, comenzó a salir del lugar con el ramo de lirios en la mano, mientras corría con la imagen de May en su mente, escuchó la voz de la ninfa.

-Vas hacia un final que no es agradable…ella ya es de otro, nunca romperás ese lazo, te he ofrecido un regazo en el que vivir, no vuelvas llorando después…



Si, May ya era la pareja de otro, y ya llevaban juntos casi un año; pero aún así no se rindió y la advertencia de la ninfa le impulsó más a jugárselo todo de una vez. Pasado el bosque, comenzó a caminar en medio del pueblo buscando a May, mas no logró encontrarla; tras toda la tarde buscándola la encontró; pero en aquel momento estaba con su pareja hablando en la playa.

“De nuevo discutiendo...”.-dijo para sus adentros, llevándose una mano al pecho por lo rápido que latía su corazón por la ira.-“Yo nunca discutiría, solo pensaría en cómo hacerla feliz…yo…”

Apenas pasaron las palabras por su mente la pareja de May se fue con cara de enfadado de allí, quedando ella en la playa sentada y con cara de distraída; Eibon se le acercó y con cara de alegría para intentar animarla como hacia siempre le preguntó.

-May, ¿que tal?; lo he visto irse… ¿ha ocurrido algo?

-No, no ha pasado nada, tranquilo, está todo bien.- Comentó ella sin prestar mucha atención.

Siempre obtenía la misma respuesta, Eibon suspiró y se quedó mirando el mar con ella casi el resto de la tarde, una vez caido el sol, el silencio se rompió al fin por parte de May.

-Dime Eibon…llevas aquí ya un año sin ir a ningún sitio… ¿porqué te quedas? Acaso….-
May calló un momento.-es porque te gusto, ¿no?

Eibon comenzó a temblar de nerviosismo, no sabía que decir; por una parte era muy comprensible esa afirmación, ya que el siempre estaba protegiendo a May, pero por otra parte el no sabía si era capaz de confesarse.

-Si…tu me gustas…yo…te quiero….-mientras decía esto sacó el ramo de lirios.- siempre me has gustado…

-¿Y por qué?, ¿Qué tengo yo, que no tenga otra?

-Pues…no lo sé; solo sé que te amo y que nunca había sentido esto por nadie…y que no aguanto ver como discutís vosotros dos por estupideces, ni ver cómo te encuentras mal por sus cabreos…

-Déjalo…eso es cosa nuestra…

May abrazó a Eibon con dulzura, pero ya no era un abrazo como los que le solía dar, este parecía más frio, mas parecía una despedida que una confesión; de los ojos de Eibon comenzaron a caer lágrimas solo de pensar que había perdido, que había mostrado todo y que lo había perdido todo, que pronto se tendría que ir del pueblo y lejos de ella.

-¿Recuerdas la botella con un deseo que lanzabas siempre Eibon?-le dijo mientras le abrazaba.- No pedias solo que yo fuese feliz; también pedias que estuviera contigo…

-Sí, lo hacía…


La chica hizo más fuerte el abrazo, y de repente se separó de él y se levantó.

-Pues la próxima vez que lances una, reza por tu felicidad, no te preocupes tanto de los demás; adiós…Eibon…

May comenzó a caminar alejándose de él; entre lágrimas Eibon se levanto y empujado por su corazón la agarró del brazo y le besó con vergüenza; pero a los pocos instantes de sentir sus labios, sintió como ella le empujaba y le miraba con cara de asombrada.

-Lo siento Eibon, yo no puedo…

Apenas salidas estas palabras de su boca salió ella corriendo hacia el pueblo. Eibon se quedó tumbado en la arena mirando el cielo, a los pocos instantes comenzó a llover sobre él, pero ya no le importaba nada, se quedó así toda la noche.

-¡Eibon!, ¡Eibon!, al fin te encuentro.- le llamo asustada una chica del pueblo.- no se que haces en la playa así pero bueno… ¡están atacando el bosque, allí están May y Slay…

-¿May?...-Eibon diciendo esto se levantó.-iré a ayudarles…

Cogió su espada y comenzó a correr en dirección del bosque; Slay y May, la mujer a la que amaba y quien se la había quitado, sabía que parte de él deseaba que murieran, pero también sabía que era tan idiota que no dormiría tranquilo después. Al rato llego a un claro del bosque y presencio una pelea entre Slay defendiendo a May y unos monstruos.

-¡Atrás demonios!-gritó Slay blandiendo su sable.- ¡No os acerquéis!

Uno de los monstruos se lanzó a por él, pero acabó cortado por la mitad por la gran espada de Eibon; apenas había caido el cadáver del primero dos más dieron un salto para alcanzar a los dos jóvenes, quienes respondieron rápidamente con unos veloces y mortales golpes.

-El primer golpe es importante, a veces evita la necesidad de un segundo.-comento Eibon espada en mano mientras acababa con la vida de otro enemigo.

-¿Puede saberse que haces aquí?-le espetó Slay.- Creo que te quedó todo claro ayer, no sé que pintas aquí, ya defiendo a May yo, es mi deber…

Aquellas palabras retumbaron en la mente de Eibon y le atravesaron el corazón como dagas ardiendo; aún así, no desistió en su apoyo y termino por exterminar al resto de monstruos.

-Lo sé…solo intentaba ayudar…

-Ya no hay a nadie a quien tengas que ayudar Eibon, nunca lo ha habido...



Apenas sin terminar la frase Slay calló bajo la garra de un último monstruo gigante; de aspecto asqueroso y compuesto de un cuerpo aparentemente hecho de sombras. Eibon cortó el brazo que aplastaba a Slay, mientras que con la otra mano salvaba de su prisión al joven y lo echaba hacia atrás junto a May.

-Siempre ha habido alguien a quien tenía que ayudar…

Un golpe del monstruo alcanzó a Eibon en el pecho, atravesándolo, él agarro lleno de ira la garra y la arrancó sin necesidad de su espada; se aparto unos instantes, intentando descasar a causa del golpe. Lleno de ira le monstruo se lanzó a por él con sus colmillos; Eibon le dirigió una última mirada a May y alzó su espada.

-¿Sabes?- comenzó a decir sin mirarle, mientras que se preparaba para un último golpe.-si vuelvo a nacer…me gustaría que tú y yo nos conociéramos de nuevo…

Una sonrisa cruzó la cara de Eibon mientras que era alcanzado por el monstruo a la vez que él le atravesaba la cabeza con la hoja de su espada…

Habían pasado ya diez días desde la muerte de Eibon y una chica estaba en la orilla de la playa con una pequeña botella en la mano.

-¿De verdad crees en esas cosas?-recordaba la chica lo que le decía a Eibon.- ¿Qué es lo que pides?

-Pido que algún día me des un beso…es broma…pido que seas feliz… ¿quieres probar tu?

-No, porque si estas cerca, se que siempre estaré feliz…

Los felices días retumbaban en la mente de la chica mientras que dejaba caer una botella en el agua con un papel dentro. La chica comenzó a mirar la botella con una sonrisa, pero no puedo evitar que unas lágrimas cayeran de sus ojos, se puso sobre sus rodillas y comenzó a llorar desconsolada.

-Por favor…te lo ruego….-dijo entre sollozos.-si alguna vez vuelvo a nacer….quiero que nos volvamos a encontrar…

La botellita comenzó a alejarse de la costa mientras el sol caía y unos pétalos de lirio flotaban tras ella; al cabo de una hora Slay llegó a la costa y se llevo a May de allí.

Cientos de años pasaron, y el pueblo se había convertido en una pequeña ciudad; una chica andaba por la playa como hacía todos los días; sin explicarse el porqué de aquella costumbre, ni preguntárselo. Comenzó a caminar dando saltitos cuando se encontró con un chico sentado en la playa con una maleta, al ver su rostro una lágrima calló de su mejilla.

-Ah, hola.-dijo el chico algo nervioso.- soy nuevo aquí, pero aunque esto sea pequeño me e perdido un poco…


El chico hico una risa forzada y se quedó mirando a la chica.

-Si…si quieres puedo ayudarte.-comentó ella secándose la lágrima.- perdón, no sé que me pasa, lloro porque si…dime... ¿cómo te llamas?

-Yo me llamo Eibon, un nombre extraño lo sé… ¿y tu?

Sin saber el porqué la chica comenzó a sentirse extrañamente triste y apenas logró decir en un susurro:

-Me llamo May…



FIN
Nota: Esta historia la puse en otro blog, pero como se borró, lo pongo aquí…ah y todo parecido con algún hecho de la realidad es mera coincidencia.

La entrada a un nuevo camino...



Zanarkand, la ciudad de las luces, la ciudad mas viva del mundo; no es solo un mero lugar en un videojuego, es la luz que está presente en nuestros corazones y que nos guia en nuestra vida, es la mano que nos empuja a seguir adelante en todo momento y a no pararnos nunca, porque sabemos que algún día llegaremos a ese lugar que cada uno deseamos y ese...será nuestro Zanarkand.